miércoles, 15 de junio de 2011

PASATIEMPOS

Hace unas horas en Santiago, unos compañeros de "chollo" (siempre me ha encantado esta vulgaridad) comentaban en la puerta de una sucursal los "hobbies" que compartían, a dos escasos metros fumando, escuchaba anonadada aquella fluida conversación. Por alguna causa inexplicable, esos hombres no sentían hacia mí lo que se dice simpatía, os costará creerlo pero últimamente estoy desprendiendo sensaciones negativas a algún que otro varón inteligente...¿Ya no soy como Espinete? (Años ha, yo solía caer bien a cualquiera que se cruzará por mi camino, las cosas han cambiado...yo no entiendo nada pero es lo que hay, LO ACEPTO). El hecho es que ni corta ni perezosa y a pesar de la animadversión que ese grupo me dedica con cada mirada cada vez que me tienen que escuchar, me inmiscuí en la conversación:

-¡Disculpad! Escuchándoos me he dado cuenta de que yo no tengo ningún "hobbie" propiamente dicho, no me gusta el deporte (alguna que otra vez veo tennis pero porque me relaja escuchar el tono del comentarista, bueno y he visto un partido de futbol una vez en el submarino), apenas escucho música (no tengo ni siquiera grupos favoritos), viajar tampoco es algo que anhele de manera vital, la televisión me repele, el cine me desespera y los videojuegos no sé, nunca he jugado a ninguno... A mí lo que me gusta es vivir, pasear, reirme, disfrutar, sorprender y sorprenderme, querer y ser querida, sentir, oler, morder, respirar, mirar, tocar, abrazar y alguna que otra cosa que no procede hacer constar...ya sabeis!!! ....

Se hizo un silencio...

Dos de los chicos de mi izquierda esbozaron una tímida sonrisa, la cual interprete de manera cariñosa; el líder de la manada me clavo la mirada y dijo "Sta Torrecilla creo que no le ha sentado bien ese cigarrillo" y emprendió de manera lenta su marcha hacia su monótono puesto de trabajo, sin despegar eso sí su mirada de mi persona; otros tres chicos que tenía a mi derecha seguían quietos como estatuas, no gesticulaban ni emitían ningún tipo de sonido, pero me transmitían serenidad, incluso dulzura. Al cabo de dos o tres minutos una carcajada colectiva explotó al unísono, me miraban, sonreían e incluso me tocaron suavemente con sus manos la espalda y la cabeza del mismo modo que se jalea a una niña cuando hace o dice algo gracioso y/o sorprendente.

La segunda parte de nuestra reunión fue totalmente diferente a todas las demás, el ambiente había cambiado, el aire se había relajado y por primera vez en aquella plaza me sentí escuchada y no observada.

He descubierto mi gran "hobbie" propiamente dicho, a los 30 años y en Santiago de Compostela, expresarme siempre de manera libre donde y cuando me de la puta gana. Cada uno que interprete mis palabras conforme a su capacidad, prejuicios y/o comprensión natural.


La libertad es un lujo que no todos pueden permitirse.
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Otto von Bismark (1815-1898)