miércoles, 20 de octubre de 2010

Clemencia

Un buen amigo me transmitió una vez, que cualquier cosa publicada en este u otro blog sería una gran aportación a la Humanidad, humanidad te daba yo, entre otras cosas que no vienen a cuento detallar ahora.
Hace unas horas, dos amigos decidieron de manera individual, dejarme unos mensajes en el muro de mi facebook, comentarios que de una manera o de otra, invadían una parte de mi intimidad. En ellos se hablaba de mi situación sentimental, y aunque no fueran del todo verídicos,el pudor y/o la dignidad me arrastró a eliminarlos de mi vista.(no de los ojos curiosos, lo prometo).
El hecho es que me arrepiento, me arrepiento bastante,porque seguramente hasta esas vanalidades con finalidad dudosa, hubieran aportado algo a alguien que por simple curiosidad se parara a leerlas.
He escuchado muchas veces ese proverbio o paremia: "Nunca te arrepientas de lo que hagas sino de lo que dejas de hacer", o algo similar, nunca he sido buena (tampoco) en memorizar literalmente este tipo de enunciados, pero al caso, es algo que nunca he logrado llevar a cabo, no es que suela arrepentirme de mis hechos o palabras, mentiría si afirmara tal cosa, pero si en ocasiones, me replanteo lo sucedido y reconozco que pagaría por volver a atrás y darle otra perspectiva, o sea, concluyendo,me arrepiento de lo ya pasado.
Seguramente sea otro más de mis defectos incorregibles, ¿o no?, no lo sé.

Hoy me arrepiento de vetar a dos amigos pero al mismo tiempo agradezco lo que este hecho ha desencadenado.

2 comentarios:

  1. Sólo voy a plantearte una pregunta:
    ¿Para qué te arrepientes?

    ResponderEliminar
  2. Sin duda para autoflagelarme sicológicamente ante la deseperación de ser consciente de haber errado..

    ResponderEliminar